Debería seguir hablando de Aspaym porque hay mucho que contar pero quedé un tanto enmudecido leyendo comentarios y me paré a observar donde paraba esto. He tenido que retirar el de alguien que utilizó el insulto porque ya se sabe que solo insulta el que carece de otros argumentos y aquí no insultamos.
También me sorprende alguna defensa tan clara y por cierto no anónima hacia Cocemfe cuando desde aquí nunca se los acusó de nada. Creo es el único mensaje no anónimo lo que dice mucho de la realidad asociativa de la discapacidad. A la hora de clavar puñales somos anónimos pero para defender posturas que nos convienen si nos identificamos.
Desde mi punto de vista las cosas están como están por culpa de los propios discapacitados que no saben defender ni sus derechos ni aciertan a manifestar abiertamente sus posturas nadando entre una imagen pública de buen rollito y una realidad en la intimidad de navaja albaceteña.
Desde aquí cargamos contra el 'Grupo Gijón' con un identificativo inventado por quien suscribe para referirnos a una gente que vino de aquella ciudad y que allí se encontraba envuelta en procesos asociativos en los que permanecieron mientras fueron útiles para las asociaciones a las que prestaron sus servicios, algo aprenderían allí que nadie es santo.
Antes que ellos llegaran, la familia de Carmen Alonso ya se aprovechaba de Aspaym para beneficiar posiciones personales y eso no se lo enseñó el grupo que ahora rige los destinos de Aspaym. Además, lo estuvo haciendo con el consentimiento de un montón de socios pasotas o no, que lo permitieron y que incluso la adulaban y alababan.
En unas asociaciones más que en otras se hacen las cosas mal y todos callan, unos porque salen beneficiados y otros porque piensan que bastante jodido es trabajar gratis para otros que se limitan a pagar una cuota de mierda al año. Así estamos. Estas son las consecuencias de pensamientos tan poco positivos. No me encontré nunca con un presidente que no se quejara de lo duro y entregado que era su labor pero a todos hay que echarlos a patadas porque de otro modo no se van, como los políticos.
En Mayo Aspaym tendrá que celebrar junta general para aprobación de cuentas. Es el momento para todos los que hablan tanto. Vamos hasta allí y digamos a la cara que no estamos de acuerdo con ese modelo asociativo que no todo el mundo piensa igual, que queréis otros estatutos en los que la gente no pueda perpetuarse en los cargos y mucho menos beneficiarse de la asociación. Echemos abajo sus propuestas, obliguémosles a dimitir, en caso contrario, no nos quejemos.
También me sorprende alguna defensa tan clara y por cierto no anónima hacia Cocemfe cuando desde aquí nunca se los acusó de nada. Creo es el único mensaje no anónimo lo que dice mucho de la realidad asociativa de la discapacidad. A la hora de clavar puñales somos anónimos pero para defender posturas que nos convienen si nos identificamos.
Desde mi punto de vista las cosas están como están por culpa de los propios discapacitados que no saben defender ni sus derechos ni aciertan a manifestar abiertamente sus posturas nadando entre una imagen pública de buen rollito y una realidad en la intimidad de navaja albaceteña.
Desde aquí cargamos contra el 'Grupo Gijón' con un identificativo inventado por quien suscribe para referirnos a una gente que vino de aquella ciudad y que allí se encontraba envuelta en procesos asociativos en los que permanecieron mientras fueron útiles para las asociaciones a las que prestaron sus servicios, algo aprenderían allí que nadie es santo.
Antes que ellos llegaran, la familia de Carmen Alonso ya se aprovechaba de Aspaym para beneficiar posiciones personales y eso no se lo enseñó el grupo que ahora rige los destinos de Aspaym. Además, lo estuvo haciendo con el consentimiento de un montón de socios pasotas o no, que lo permitieron y que incluso la adulaban y alababan.
En unas asociaciones más que en otras se hacen las cosas mal y todos callan, unos porque salen beneficiados y otros porque piensan que bastante jodido es trabajar gratis para otros que se limitan a pagar una cuota de mierda al año. Así estamos. Estas son las consecuencias de pensamientos tan poco positivos. No me encontré nunca con un presidente que no se quejara de lo duro y entregado que era su labor pero a todos hay que echarlos a patadas porque de otro modo no se van, como los políticos.
En Mayo Aspaym tendrá que celebrar junta general para aprobación de cuentas. Es el momento para todos los que hablan tanto. Vamos hasta allí y digamos a la cara que no estamos de acuerdo con ese modelo asociativo que no todo el mundo piensa igual, que queréis otros estatutos en los que la gente no pueda perpetuarse en los cargos y mucho menos beneficiarse de la asociación. Echemos abajo sus propuestas, obliguémosles a dimitir, en caso contrario, no nos quejemos.